El valor de lo visible

Rubén Méndez

La articulación entre imágenes y consumo se desarrolla en el centro de una contradicción que le confiere a la vez naturaleza y dinamismo. Se trata, por un lado, del carácter peculiar del arte que según la noción trascendental de raíz kantiana se refiere a esa clase de bellos y extraños objetos que son percibidos “sin la representación de un fin”, cuyo propósito último es “no servir para nada”, entendiendo nada como el puro y gratuito goce estético. Por otro lado, en el extremo opuesto de la contradicción se ubica la transformación definitiva de las imágenes en mercancías, resultado de la lógica inherente a las fuerzas productivas capitalistas. Con esa modificación, las imágenes adquieren el estatus de commodities, es decir, se convierten del igual modo en bienes consumibles que se pueden comerciar, comprar o vender, lo que, paradójicamente, termina por cuestionar su carácter inútil y gratuito, es decir, libre.

En esta exposición Rubén Méndez retrata la tensión que se produce en el cruce de dos vertientes: la separación de las dimensiones representacional y mercantil de las imágenes, aspecto que es a la vez punto de unión y atributo discordante; y, por otro lado, la inevitable adopción de los dominios temáticos del intercambio por parte del discurso visual cuando observa- mos las imágenes como un bien o producto comerciable. Estas coordenadas reflexivas se traducen en piezas que contienen una diversidad de referencias visuales de distinto tipo (históricas, políticas, económicas, culturales) y que tienen en común una crítica hacia situaciones y mecanismos de poder realizada por el artista con un humor escéptico y desencantado.

En el siglo XIX, Ludwig Feuerbach se quejaba de la sociedad de su época que prefería la imagen a la cosa, la copia al origi- nal, la representación a la realidad y la apariencia al ser. Perdida desde hace tiempo el aura de lo sagrado como consecuen- cia del surgimiento de la modernidad, las piezas aquí expuestas parecen ratificar la persistencia en nuestros días de ese antiguo sentimiento de alienación, obstáculo que nos impide apreciar el valor de lo visible.

Baudelio Lara